¡San Fermín! Rojo y blanco para tu cocina

Quizá seas de esas personas con gusto minimalista que visten las habitaciones con poco mobiliario, pero en la cocina, para aprovechar el espacio, nos vemos obligados a llenarla de armarios.

Si has decidido integrar un color tan vívido como el rojo, debes ser cauto y asegurarte de que no te cansarás porque las paredes puedes pintarlas todas las veces que quieras pero cambiar el mobiliario de la cocina es otra cosa.

Ying y yang. Buscando el equilibrio

Decide dónde y cómo (con qué elementos) el carmesí estará presente.

En esta primera muestra el rojo apenas ocupa un lugar preferente. Destaca únicamente por su fuerza, que queda aplacada por la claridad de los muebles y el negro de las encimeras. Otra opción puede ser diseñar toda la cocina en blanco y negro con pequeños elementos, como botes de decoración, taburetes, fruteros e incluso un reloj en bermellón. Lo incluirás sin darle todo el protagonismo.

Cocina en blanco

Totalmente opuesta es esta otra. Los muebles rojos son muy in y si tienes una cocina espaciosa ese color es perfecto. Esta cocina, en concreto, además de tener esa cualidad, dispone de dos grandes ventanales que fusionan el espacio interior con el exterior. Con estas características no importa que el color de los muebles se imponga, el resto de la estancia lo minimiza.

Cocina en rojo

Adornos y electrodomésticos vintage

Si tu cocina no es tan espaciosa, no te preocupes, igualmente puedes integrar el carmesí. Sólo tendrás que ser más ingenioso para incluirlo sin recargar la estancia. Esto puede conseguirse con pequeños objetos (como los que hemos mencionado antes, desde botes hasta fruteros o banquetas), con muebles en color pero abusando en el resto de la cocina del blanco, por el contrario, con muebles blancos alternando algunas puertas en rojo o con electrodomésticos de este color.