Vuelven las lluvias, la niebla y el frío. Cuando llega el mal tiempo potenciar la sensación de calidez de nuestro hogar es muy importante. Los colores fuertes (considerados esencialmente “veraniegos”) en perfecta sintonía con el resto del espacio son la clave. ¿Jugamos con el amarillo?
Es un color con mucha presencia. Por pocos elementos que coloquemos van a centrar toda la atención. Si te atreves a pintar las paredes elige un tono que no sea muy chillón, podrías crear la sensación contraria a la que estamos buscando.
El mobiliario también puede ser la vía por la que introducir el amarillo en tu decoración. Estos sofás son de cuero en estilo clásico y aportan la elegancia y sobriedad idónea al resto del salón. El mármol y las blancas paredes con cenefas doradas crean un espacio muy frío que se suaviza con la calidez propia de las tonalidades ocres.
Para los más pequeños. De tela con motivos infantiles. Ideales para crear un espacio íntimo para ti y los tuyos. ¡Les encantará en su rincón de los cuentos para los días más lluviosos!
Disfrutarás las mañanas sin madrugar viendo cómo llueve desde tu cama. Un detalle tan sencillo como el cabecero será el eje decorativo de tu dormitorio. Si lo tuyo no es el estilo romántico no hay problema, los encontrarás de todo tipo y forma.
Ya sabemos que los pequeños detalles son grandes soluciones. Unas sencillas flores amarillas (¡la jaula nos ha encantado!) harán de tu casa un hogar.
Feliz fin de semana a todos
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